Comer y Beber Europa Francia Por el mundo Tips de viaje Viajando

Siempre nos quedará París

Augustine es un restaurante de estilo Brasserie: abierto desde el desayuno hasta la cena, sirve de maravillas para cualquier hora: sea para un café a media mañana y una cena de celebración. Todo con un perfume a París que enamora

Augustine
 

Anclado en una de las esquinas del Hotel Beekman, sobre la calle da la que el hotel toma el nombre, un bistró francés se encarama en un clásico que ya cumple cuatro años de exitosa convocartoria con su menú delicado de platos ligeros, así como clásicos franceses, con una sección especial de asados y parrilladas de carnes, pescados y aves. El primer restaurante de Keith McNally fue The Odeon en 1980. Desde entonces abrió Café Luxembourg, Nell’s, Lucky Strike, Pravda, Balthazar, Balthazar Bakery, Pastis, Schiller, Morandi, Minetta Tavern y Cherche Midi, así como Balthazar en Londres.
  Tanta experiencia deja buenas intenciones en la inspiración típica francesa de su carta. Con fois grass y creme brulé incluidas.
Keith nació en Londres y se mudó a Nueva York en 1975. Obtuvo en 2010 el premio James Beard al mejor restauranteur de Estados Unidos. Su mano derecha en la cocina es Markus Glocker, quien nació en el norte de Austria y creció trabajando en el hotel de su familia. Después de graduarse en gastronomía en su país, se unió al célebre Vier Jahrestzeiten en Münich. Se destacó en algunas de las cocinas más célebres del mundo como Eckart Witzigmann, Charlie Trotter’s en Chicaco, Steirereck en Viena y Gordon Ramsay en Londres y New York, donde obtuvo dos estrellas Michelin. Hoy es propietario de Batard, un elegante restaurante de Tribeca que ya cuenta con una estrella. Se unió a Augustine como chef ejecutivo para desarrollar un nuevo concepto que uniera Viena con París.

El reino de McNally

La planta baja del nuevo Beekman, la re conversión de un edificio de oficinas emblemático de la década de 1880 que se distingue más por sus detalles arquitectónicos conservados y su altísimo atrio de nueve pisos.
Augustine es el primer restaurante de hotel de McNally. Su menú incluye platos como soufflé de queso, petit aïoli de verduras y mariscos, y una selección de carnes asadas. Los vinos son en su mayoría franceses y el resto estadounidenses. Y el pastelero Regis Beauregard ha sido traído de la sucursal de Balthazar en Londres.
McNally se ha asociado con colaboradores de toda la vida como el arquitecto Richard Lewis y el co-diseñador Ian McPheely, con quienes ha provisto al espacio con 90 asientos de banquetas marrones, espejos vintage y azulejos de estilo Art Nouveau. El consultor de cócteles Dale DeGroff, que ayudó a McNally a lanzar Pravda hace dos décadas, ha reunido una lista de bebidas de firmas y clásicos, incluidos cinco riffs en el martini: «los tipos de cócteles que la gente lamenta haber bebido la mañana siguiente», dice McNally.
El nombre de Agustín fue elegido por el propio Keith  en homenaje al teólogo y filósofo cristiano del siglo IV. Además de ser el santo patrono de los cerveceros e impresores, Agustín también participó en la formulación de la doctrina del pecado original. Aunque pecado sería no probar estas delicias…

 

Sobre el autor

Walter Duer

Nació en Buenos Aires en 1974. Escribe crónicas de viajes, libros (de humor, pero también otros no tan graciosos), guiones y obras de teatro para chicos. Todavía no descubrió si viaja por placer... o porque necesita alimentar su patología de robar botellitas de champú de los hoteles.