Destacadas Estados Unidos Por el mundo

New York City: el gran set

Es difícil que existan dos viajes iguales por la ciudad más famosa del mundo. Déjese atrapar por la metrópoli y sus suburbios hipster que ofrecen mil maneras de disfrutarlos

HB4116

NEW YORK.– Es la protagonista de miles de películas, la inspiración de muchas series de tv, cita obligada de las pasarelas y la que dio vida a cientos de canciones y comedias musicales. Por ellos, aunque sea su primera vez en la ciudad, sentirá que algo la conoce, aunque también pueda decepcionar que por el ejemplo el Rockefeller Center no es tan amplio como uno imaginaba. La ciudad alberga millones de turistas de todo el mundo en cualquier época del año y muy posiblemente los locales que se cruce tampoco sean netamente neoyorquinos, con lo que siempre se estará cruzando con otras miradas curiosas. Seleccionamos caprichosamente el recorrido, y aunque ésta ciudad nunca duerme y se puede comer un burrito mexicano en plena madrugada en medio de Time Square, no se desanime y sepa que siempre le va a quedar algo más por conocer en la metrópoli más famosa del mundo. Y a nosotros, varias notas más por publicar de este destino.
El mote de «La Gran Manzana» lo trae desde los años 20, cuando los músicos de jazz clasificaban a las ciudades donde tocaban como “little apples” (pequeños lugares) y “rotten apples” (sitios podridos). Sin dudas, NYC fue -y es aún hoy- uno de las ciudades emblemáticas del Jazz. La primera recomendación es que por las noches, incluso tarde y entresemana, baje por la 7° avenida hasta West Village para adentarse en clubes casi escondidos, como Smalls, 55 Bar o Village Vanguard, para escuchar bandas en vivo y en continuado, acompañado de un buen trago.
Si es domingo, el ritmo musical también será de color, pero lo encontrará en las iglesias. Día de culto. Llegue hasta Harlem para escuchar una de las clásicas misas Góspel. La palabra “góspel” deriva del vocablo anglosajón Godspel y significa «palabra de Dios”. Si bien se ha convertido en una atracción turística de la que son concientes en la comunidad eclesiástica, no olvide que se trata de un servicio religioso y no de un concierto de rock. Abandonde el celular y únase al canto.
De regreso hacia Midtown, zona que alberga los más suntuosos edificios de la glamorosa 5ta. avenida, atravesará el Central Park: este pulmón verde, corazón de la isla de Manhattan, necesitará más de un momento de atención. Alternando bici (algo que sugerimos obligatoriamente hacer) y caminata recorra su esplendor, recovecos y descubra múltiples esculturas desde Alicia en el País de las Maravillas hasta nuestro Libertador Don José de San Martín. Por momentos le parecerá estar en un set de filmación a cielo abierto , algo que sucede realmente. Aunque esté sin niños, anímese a calzarse la gorra de capitán y timonear por control remoto un velero, o simplemente arrójese a admirar la ciudad desde la extensa alfombra verde del Sheep Meadow.
Dentro del mismo parque, se destaca la construcción del Museo Metropolitano de Arte, situado sobre la 5ta avenida altura 82nd street. En sus 6 pisos alberga más de dos millones de piezas de arte de todo el mundo, incluyendo tesoros de la antigüedad clásica, pinturas y esculturas de los mayores exponentes europeos. Le llamará la atención encontrar lo que en su lugar de origen falta, pero eso esa discusión demandará interminables horas como las necesarias para recorrer en detalle todas las salas del MET. Si le abruma tanta cultura, suba a la terraza y admire el Central Park con un clásico Cosmopolitan en mano.
Justo del otro lado, sobre la cara oeste, se encuentra el Museo Americano de Historia Natural, famoso por la saga de los fims de Ben Stiller. Recomendación al ir con chicos, tome el ascensor directo al 4° piso y viaje 70 millones de años al pasado para medirse frente a los fósiles de dinosaurios, perfectamente exhibidos.

En la cima del mundo
O al menos de un mundo que ideó otro para sentirse más cerca del cielo. New York es la ciudad de los rascacielos y el podio del mejor mirador lo disputan Empire State con su leyenda cinematográfica de King Kong y Top of the Rock, la más alta torre Art Decó del complejo de 19 edificios construido por el magnate petrolero Rockefeller, para competir con el distrito de negocios más influyente de la ciudad (y el mundo): Wall Street.
Justamente, muy cerca de la Bolsa de Comercio, en el Bajo Manhattan, estaba la dupla de rascacielos más trágicamente famosa. Tras el atentado del «9/11» de 2001, hoy dos piletones marcan el sitio donde se alzaban las Torres Gemelas. Los secunda el Museo y Memorial que honra a sus víctimas, junto a un complejo arquitectónico comercial espectacular: Oculus es una magnífica obra del español Santiago Calatrava, el mismo que diseñó el Puente de la Mujer en Puerto Madero, en Buenos Aires. Y es como entrar al futuro. Debajo se encuentra la estación de subte que conecta a toda esta zona pero también alberga cientos de comercios de primeras marcas, para hacer shopping.
No está lejos Battery Park, zona que debe su nombre a la artillería de holandeses y británicos que se instalaron allí con el fin de proteger el puerto, y de la terminal desde donde se accede al ferry gratuito que cruza a Staten Island desde el que se puede fotografiar a la Estatua de la Libertad. Se erige como ícono estadounidense en medio del Río Hudson, aunque haya sido regalo de Francia en el primer centenario de la declaración de la Independencia yanqui. La alternativa para divisar desde el aire a la Señora de verde y los puentes a Brooklyn, es tomar un emocionante viaje en helicóptero.

 

Del otro lado del puente,
El famoso puente colgante de Brooklyn se puede cruza por la pasarela independiente para bicis y peatones, le recomendamos hacerlo justo antes del atardecer. La realidad es que toda la ciudad es muy amigable para el transporte público. Optar por moverse en metro es lo más saludable y conveniente con una tarifa plana semanal. En tanto, los «Yellow Cab» ya no son del clásico modelo Checker que circuló por casi 80 años he hizo famosos a los taxis de New York, por lo que si es preciso trasladarse en auto, tenga Uber en su celular, aquí el servicio está regulado y los choferes son profesionales. Ya del otro lado, deténgase en el Brooklyn Bridge Park Greenway para poder fotografiar cómo el skyline de Manhattan comienza a iluminarse de una forma mágica. Luego, dirígase al norte hacia el barrio de Williamsburg para tomar un café orgánico con leche de almendras o beber la recomendación hipster de algún barman de la calle Bedford; el bar de ostras Maison Premiere es una excelente sugerencia.

Otro barrio cool para el atardecer
El recorrido puede iniciarse montándose al High Line Park, un parque lineal creado sobre las antiguas vías de un ferrocarril elevado. Aún pueden observarse los durmientes y una exquisita parquización que mantiene parte de la vegetación que creció cuando el tren dejó de pasar hace más de 30 años. Son algo más de 2 kilómetros de paseo con vistas del Río Hudson y finaliza en el Chelsea Market, un mercado que supo reciclar viejas fábricas para su locación. Hay tiendas de diseño, locales para la decoración , ferias vintage y muchas cosas para tentarse a la hora de comer o cocinar. Bajando encontrarán la zona antiguos frigoríficos conocida como Meatpacking District. Hoy es un lindo barrio que acoge diseñadores top y es el lugar ideal para cuando la tarde empieza a caer, a la hora del spritz.
Podríamos explayarnos en consejos como el outfit para una fiesta en un rooftop o comer un picante hot dog callejero o no perderse el magnífico Guggenheim, el museo en caracol de arte moderno, pero New York es una ciudad para que usted elija disfrutarla a su manera.